Testimonio de sobreviviente - Elina
Me llamo Elina Montero Varsi.
Soy de la ciudad de Mercedes, departamento de Soriano, Uruguay.
Tengo 23 años.
Soy enfermera.
Me recibí en julio del 2011 y hasta ese entonces me encontraba sana.
Luego de haberme recibido, me tomé un tiempo para descansar después del merecido título.
En el mes de octubre de ese mismo año, me noto que en el cuello del lado izquierdo tenía un bulto, el cual me imaginé que sería una contractura, al ser que ya estaba acostumbrada a contracturarme el cuello y la espalda. No le di importancia y seguí disfrutando de mi tiempo libre.
Al poco tiempo, un día a la mañana cuando fui a levantarme de la cama, me di cuenta que me costaba pararme, y cuando caminaba lo hacia de forma lenta (me sentía como si estuviera envejeciendo), luego a los dias me observo que en las piernas tenia hematomas pero me ponía a pensar de dónde me habrían salido o por qué si yo no me había tropezado con nada.. todo era muy raro pero tampoco le daba mucha importancia.
El 22 de diciembre ya no aguanté más el sentirme así porque me di cuenta que ya no era normal ese malestar y entonces fui a consulta con mi médica de cabecera y le conté sobre como me sentía y por lo que yo le describía me mandó a tomar vitaminas, cosa que ya lo estaba haciendo como siempre.
Antes de retirarme de la consulta, se me ocurre mencionarle aquel bulto en el cuello que tenía desde el principio y me empezó a palpar el cuello, primeramente me dijo que lo hacía para ver si era en la tiroides, pero resultó ser que no, y cuando me palpó la zona del bulto, me miró y me dijo en ese momento de que tenía un tumor.
En ese instante, no me asusté ni nada por el estilo, simplemente actúe y seguí los pasos que ella me indicó.
Al otro día me hicieron un hemograma completo y una TAC (tomografía axial computada) y todo parecía indicar de que no estaba equivocada.
Era un tumor, pero aún no se sabía si era benigno o maligno.
Para eso al lunes de la semana siguiente, me llevaron a cirugía para hacerme una biopsia y saber que se presentaba.
Era un tumor maligno.
Un LINFOMA DE HODGKIN diagnosticado el día 3 de enero del 2012.
Cuando la dra. me dijo lo tomé con calma y la escuché. Pero cuando me nombró la quimioterapia y radioterapia pensé que no era a mi a quien le estaba hablando. Y en ese momento reaccioné y me di cuenta ante lo que estaba y rompí en llanto.
Luego cuando llegué a mi casa, me puse a reflexionar y a pensar de que mi vida iba a cambiar y mucho, no sabía si para bien o para mal, pero iba a dar un giro enorme.
A la semana fui al médico y él me explico como era todo el proceso del tratamiento, detalle por detalle y me dijo que yo elegía si me hacían la quimio por vía venosa o por portacath. Y por suerte al tener mis conocimientos como enfermera, sabía que era lo mejor para mi, y por esa razón elegí que me colocaran el portacath, siempre pensando que si me llegara a pasar cualquier otra cosa, mis venas estarían sanas.
Me colocaron el portacath y yo me sentía bárbara. Después de eso me hicieron una punción en el hueso de la cadera para que anatomía patológica pudiera determinar si tenía la médula ósea comprometida o no y por suerte salió negativo.
Antes de arrancar con las quimios, viaje a Montevideo a una peluquería a hacerme una peluca porque justo en ese momento tenía pelo largo, me lo había dejado crecer porque siempre me lo terminaba cortando cortito je y al final con todo esto me rapé la cabeza de una y lucí mi peluca con mucho orgullo, que me llegó a pasar que mis amigas y gente conocida no podían creer que era exactamente el calco a mi pelo en color y forma.
La verdad que el pelo fue lo de menos en todo el tratamiento ya que me adapté perfectamente a la peluca y cuando estaba en mi casa o con gente conocida lucía mi cabeza sin pelo.
Empecé con las quimios el 17 de enero del 2012 y hasta ahí todo iba bien, yo creo que sentía que como enfermera tenía que dar el ejemplo y de que como paciente no tenía que quejarme de nada.
Toleré bien las quimios hasta el mes anterior a terminar.
Luego tuve una infección urinaria lo que me trancó terminar con el tratamiento y me causó mucha ansiedad. Parecía que nunca iba a terminar. Que ese día no iba a llegar pero llegó.
Las quimios las tenía todos los martes cada 15 dias y eran durante 4 horas donde al principio trataba de mirar tele, tener la compu, hasta que después ya sólo quería estar dormida mientras me pasaban la medicación.
La verdad que fue un proceso el cual fui modificando a medida que pasaba el tiempo según como me sentía en ese momento y creo que de eso se trata, de conocernos y de ver la forma de sentirnos mejor.
Cuando llegaba a mi casa comía super bien las comidas y luego me acostaba y dormía bastante para después a la noche ya estar repuesta y así era.
En ese momento yo trabajaba en un Instituto con niños con capacidades diferentes y yo creo que eso también me ayudó mucho a comprender que por algo yo estaba en ese lugar y a valorar muchísimas cosas que a veces por otras razones dejamos de lado.
Y ahí descubrí amor sincero, deseos de ayudar cada vez más y de que te valoren por lo que sos.
Eso fue lo que me mantuvo en pie y siempre con la mente llena de metas a futuro.
Había veces que al día siguiente de las quimios, iba a trabajar como si nada hubiera pasado y me sentía estupenda y algunas veces cuando no me sentía bien no iba porque prefería reponerme bien y que los demás me vieran bien y dar lo mejor de mi siempre.
Las últimas veces tuve náuseas y vómitos pero al principio todo estaba estupendo para mi dentro de lo esperado.
El 13 de julio del 2012 me dieron el alta y a los 3 meses de estar en tratamiento estaba curada, pero tenía que completar las sesiones para que me dieran el alta.
El 9 de octubre empiezo la radioterapia, lo que implicó que por un mes me fuera a la capital a que me la realizaran.
Tenía 2 lados: uno positivo, que era que todos los dias en 5 minutos me la realizaban y lo negativo, era que tenía que alejarme de mi ciudad y de la rutina y demás.
Pero pasó el tiempo y a fines de octubre terminé con esta otra etapa del tratamiento.
Yo ya me sentía feliz, con ganas de hacer las cosas y lo que siempre digo con un alivio en el alma que es inexplicable, pero a la persona que haya pasado por esto seguro se sintió igual.
En enero de este año, justo un 3 de enero, al año de haberme diagnosticado el linfoma, me realicé un PET scann el cual como resultado dio que tenía algunas células activadas en la región del cuello pero sólo ahí.
Asique ahora como control, este miércoles voy por el 2° y espero que todo salga bien y que solo quede el recuerdo y las ganas de vivir y luchar por todo lo que uno quiere en la vida.
Esta fue mi historia, espero y creo que más de uno se sienta identificado con mis palabras.
Hoy puedo decir que estoy sana y que gracias a Dios también lo estoy.
Si no es a Dios como yo, aférrense a cualquier otro tipo de religión o creencia, porque la fe en algo o alguien siempre los ayuda a seguir adelante y no caer ante el mínimo mal por el que estemos pasando.
Mis agradecimientos a LIVESTRONG por dejar relatarles mi hostoria, a todas las personas que dia a dia la reman y luchan por salir de esto, a toda mi familia que fue muy importante, a mi pareja incondicional de años, a amigos, compañeros de trabajo y gente que ni siquiera conozco que rezó e hizo cadenas de oración.
Mil gracias a todos una vez más y me voy con un frase de Livestrong:
" NOSOTROS CREEMOS QUE EN LA BATALLA CONTRA EL CÁNCER, LA UNIÓN HACE LA FUERZA, EL CONOCIMIENTO ES PODER Y LA ACTITUD LO ES TODO"
A seguir luchando siempre.
Besos y Abrazos.
Elina.
Soy de la ciudad de Mercedes, departamento de Soriano, Uruguay.
Tengo 23 años.
Soy enfermera.
Me recibí en julio del 2011 y hasta ese entonces me encontraba sana.
Luego de haberme recibido, me tomé un tiempo para descansar después del merecido título.
En el mes de octubre de ese mismo año, me noto que en el cuello del lado izquierdo tenía un bulto, el cual me imaginé que sería una contractura, al ser que ya estaba acostumbrada a contracturarme el cuello y la espalda. No le di importancia y seguí disfrutando de mi tiempo libre.
Al poco tiempo, un día a la mañana cuando fui a levantarme de la cama, me di cuenta que me costaba pararme, y cuando caminaba lo hacia de forma lenta (me sentía como si estuviera envejeciendo), luego a los dias me observo que en las piernas tenia hematomas pero me ponía a pensar de dónde me habrían salido o por qué si yo no me había tropezado con nada.. todo era muy raro pero tampoco le daba mucha importancia.
El 22 de diciembre ya no aguanté más el sentirme así porque me di cuenta que ya no era normal ese malestar y entonces fui a consulta con mi médica de cabecera y le conté sobre como me sentía y por lo que yo le describía me mandó a tomar vitaminas, cosa que ya lo estaba haciendo como siempre.
Antes de retirarme de la consulta, se me ocurre mencionarle aquel bulto en el cuello que tenía desde el principio y me empezó a palpar el cuello, primeramente me dijo que lo hacía para ver si era en la tiroides, pero resultó ser que no, y cuando me palpó la zona del bulto, me miró y me dijo en ese momento de que tenía un tumor.
En ese instante, no me asusté ni nada por el estilo, simplemente actúe y seguí los pasos que ella me indicó.
Al otro día me hicieron un hemograma completo y una TAC (tomografía axial computada) y todo parecía indicar de que no estaba equivocada.
Era un tumor, pero aún no se sabía si era benigno o maligno.
Para eso al lunes de la semana siguiente, me llevaron a cirugía para hacerme una biopsia y saber que se presentaba.
Era un tumor maligno.
Un LINFOMA DE HODGKIN diagnosticado el día 3 de enero del 2012.
Cuando la dra. me dijo lo tomé con calma y la escuché. Pero cuando me nombró la quimioterapia y radioterapia pensé que no era a mi a quien le estaba hablando. Y en ese momento reaccioné y me di cuenta ante lo que estaba y rompí en llanto.
Luego cuando llegué a mi casa, me puse a reflexionar y a pensar de que mi vida iba a cambiar y mucho, no sabía si para bien o para mal, pero iba a dar un giro enorme.
A la semana fui al médico y él me explico como era todo el proceso del tratamiento, detalle por detalle y me dijo que yo elegía si me hacían la quimio por vía venosa o por portacath. Y por suerte al tener mis conocimientos como enfermera, sabía que era lo mejor para mi, y por esa razón elegí que me colocaran el portacath, siempre pensando que si me llegara a pasar cualquier otra cosa, mis venas estarían sanas.
Me colocaron el portacath y yo me sentía bárbara. Después de eso me hicieron una punción en el hueso de la cadera para que anatomía patológica pudiera determinar si tenía la médula ósea comprometida o no y por suerte salió negativo.
Antes de arrancar con las quimios, viaje a Montevideo a una peluquería a hacerme una peluca porque justo en ese momento tenía pelo largo, me lo había dejado crecer porque siempre me lo terminaba cortando cortito je y al final con todo esto me rapé la cabeza de una y lucí mi peluca con mucho orgullo, que me llegó a pasar que mis amigas y gente conocida no podían creer que era exactamente el calco a mi pelo en color y forma.
La verdad que el pelo fue lo de menos en todo el tratamiento ya que me adapté perfectamente a la peluca y cuando estaba en mi casa o con gente conocida lucía mi cabeza sin pelo.
Empecé con las quimios el 17 de enero del 2012 y hasta ahí todo iba bien, yo creo que sentía que como enfermera tenía que dar el ejemplo y de que como paciente no tenía que quejarme de nada.
Toleré bien las quimios hasta el mes anterior a terminar.
Luego tuve una infección urinaria lo que me trancó terminar con el tratamiento y me causó mucha ansiedad. Parecía que nunca iba a terminar. Que ese día no iba a llegar pero llegó.
Las quimios las tenía todos los martes cada 15 dias y eran durante 4 horas donde al principio trataba de mirar tele, tener la compu, hasta que después ya sólo quería estar dormida mientras me pasaban la medicación.
La verdad que fue un proceso el cual fui modificando a medida que pasaba el tiempo según como me sentía en ese momento y creo que de eso se trata, de conocernos y de ver la forma de sentirnos mejor.
Cuando llegaba a mi casa comía super bien las comidas y luego me acostaba y dormía bastante para después a la noche ya estar repuesta y así era.
En ese momento yo trabajaba en un Instituto con niños con capacidades diferentes y yo creo que eso también me ayudó mucho a comprender que por algo yo estaba en ese lugar y a valorar muchísimas cosas que a veces por otras razones dejamos de lado.
Y ahí descubrí amor sincero, deseos de ayudar cada vez más y de que te valoren por lo que sos.
Eso fue lo que me mantuvo en pie y siempre con la mente llena de metas a futuro.
Había veces que al día siguiente de las quimios, iba a trabajar como si nada hubiera pasado y me sentía estupenda y algunas veces cuando no me sentía bien no iba porque prefería reponerme bien y que los demás me vieran bien y dar lo mejor de mi siempre.
Las últimas veces tuve náuseas y vómitos pero al principio todo estaba estupendo para mi dentro de lo esperado.
El 13 de julio del 2012 me dieron el alta y a los 3 meses de estar en tratamiento estaba curada, pero tenía que completar las sesiones para que me dieran el alta.
El 9 de octubre empiezo la radioterapia, lo que implicó que por un mes me fuera a la capital a que me la realizaran.
Tenía 2 lados: uno positivo, que era que todos los dias en 5 minutos me la realizaban y lo negativo, era que tenía que alejarme de mi ciudad y de la rutina y demás.
Pero pasó el tiempo y a fines de octubre terminé con esta otra etapa del tratamiento.
Yo ya me sentía feliz, con ganas de hacer las cosas y lo que siempre digo con un alivio en el alma que es inexplicable, pero a la persona que haya pasado por esto seguro se sintió igual.
En enero de este año, justo un 3 de enero, al año de haberme diagnosticado el linfoma, me realicé un PET scann el cual como resultado dio que tenía algunas células activadas en la región del cuello pero sólo ahí.
Asique ahora como control, este miércoles voy por el 2° y espero que todo salga bien y que solo quede el recuerdo y las ganas de vivir y luchar por todo lo que uno quiere en la vida.
Esta fue mi historia, espero y creo que más de uno se sienta identificado con mis palabras.
Hoy puedo decir que estoy sana y que gracias a Dios también lo estoy.
Si no es a Dios como yo, aférrense a cualquier otro tipo de religión o creencia, porque la fe en algo o alguien siempre los ayuda a seguir adelante y no caer ante el mínimo mal por el que estemos pasando.
Mis agradecimientos a LIVESTRONG por dejar relatarles mi hostoria, a todas las personas que dia a dia la reman y luchan por salir de esto, a toda mi familia que fue muy importante, a mi pareja incondicional de años, a amigos, compañeros de trabajo y gente que ni siquiera conozco que rezó e hizo cadenas de oración.
Mil gracias a todos una vez más y me voy con un frase de Livestrong:
" NOSOTROS CREEMOS QUE EN LA BATALLA CONTRA EL CÁNCER, LA UNIÓN HACE LA FUERZA, EL CONOCIMIENTO ES PODER Y LA ACTITUD LO ES TODO"
A seguir luchando siempre.
Besos y Abrazos.
Elina.