Gabriel - Sobreviviente de sarcoma renal de células claras.
"Gabriel es un sobreviviente de cáncer hipoacúsico y se comunica en lenguaje de señas, adoptamos un cachorro que tiene paraplejia y será o no por sus capacidades diferentes pero son grandes amigos."
Mamá de Gabriel |
Gabriel es mi segundo hijo hoy tiene 7 años, cuando el nació nunca me imaginé que nuestras vidas cambiarían de esa manera. Cuando uno tiene un hijo nunca piensa que algo le va a pasar, nunca e imagina que puede tener una enfermedad crónica o que ponga en peligro su vida.
El creció sano, sólo tenía reflujo pero los pediatras me dijeron que era normal, sin embargo había algo en el, algo que no estaba marchando bien. Cuando cumplió un año el lloraba siempre, y empezó a dejar de comer, con lo cual se adelgazó, sin embargo su abdomen seguía creciendo. Llegó un día en el que fue insostenible, Gaby tenía un Estado semi-febril casi constante, se quejaba, no jugaba, pese a todo su pediatra nos decía que lloraba de mañas y que sólo estaba flaco. Hicimos los bolsos y llevamos a Gaby a la parte de Emergencias del sanatorio, sabíamos que nos íbamos a tener que quedar ingresados, Gaby no estaba nada bien. Y así fue, al principio se le hizo una placa en la que salieron los pulmones algo apretados y se supuso una neumonía. Pero por el tamaño del abdomen se le practicó también una ecografía. En esta última no encontraban el riñón derecho. A esto, el aspecto de Gaby se asimilaba mucho a esos pobres niños africanos que son piel y huesos pero con un abdomen prominente. Pasó nuestro primero (de muchos) días de internación, en el que pasaron muchos pediatras intrigados por la condición de nuestro hijo, que tenía año y medio a esa altura. En la mañana vienen a hacer la visita y me cuentan sus teorías, una masa dura en el abdomen me dicen, un tumor...por dentro sentí morir, pero no derrame una lágrima, Gaby estaba ahí, debíamos ser fuertes y afrontar lo que fuera. Para la tarde el diagnóstico estaba hecho, tumor de wilms, ya no había riñón derecho, era todo una enorme masa que empujaba todos los órganos, la situación era crítica, había que disminuir el tumor, operar así era muy riesgoso. El primer viaje a Montevideo, (donde esta todo, también la medicina) dejamos nuestro Maldonado una noche de verano, estaba intrasitable pero el chofer de la ambulancia prendió la sirena y los autos se abrían de par en par. Se comenzó una serie de quimios para disminuir el tamaño, mientras tratabamos de que gane peso. Pero nada rindió frutos, el tumor no decreció y el estaba cada vez peor, y había que operar. Recuerdo las palabras del cirujano: "Su hijo es como una velita, se puede apagar hoy, pero si no operamos se apagará en cualquier momento, hay un 10% de que todo salga bien."; y junto a su papá, tomamos esa decisión, arriesgarse, otra no hay. Pasamos esa noche lo mejor que pudimos junto a el. Al otro dia lo despedimos al entrar al quirófano, vinieron muchos familiares. Y pasaron horas, casi 5 largas horas y vino hacia nosotros ese maravilloso cirujano con una cara que nos devolvió el alma y la fe, "todo salió estupendo, lo extirpamos todo"; que maravilla! Gaby estaba bien, ahora a luchar! Fuimos corriendo a cti donde estaba Gaby, el, abierto de par en par se intentaba sentar y pedir upa, mi vida! Y así luchamos, se nos vino encima otra operación porque el intestino se reacomodó mal (tenía un espacio vacío en su abdomen ahora) pero luego de eso marchó estupendamente. Siguieron las quimios, sin ningún efecto secundario más que la pérdida de pelo. Nos llegó al fin el resultado de la biopsia, no era un wilms, era un sarcoma renal de células blancas en estadio IV alto riesgo. El diagnóstico no nos hizo decaer y un año completo estuvimos entre quimios y las vacaciones de julio completas en radiología, fue un año de internaciones, estudios, pinchazos, nuevos amigos, nuevos amigos que tuvimos que despedir, y eso nunca lo había imaginado, todos los niños que se van tras el cáncer, no podía ni pensar que Gaby se iría, eso nunca. Y bueno, llegó el dia que culminó el tratamiento y me dijeron que con calma le hiciera el control al mes, pero no aguanté (gracias al cielo) y le hicimos una tomografía ese mismo mes... Para sorpresa de todos, había metástasis en el hígado. Los oncólogos se reunieron y nos dijeron que lo que quedaba era un autotransplante de médula, unas series de quimios antes y esperar. Así se hizo, no le dimos tiempo a nada, era la lucha otra vez, pero más corta e intensa. Y así fueron pasando esas series de quimio y luego a la burbuja, para detonar la médula con más quimio y luego devolversela sana, 28 días encerrados, luego a recuperarse, a levantar, y levantó, no hubieron vómitos, no hubieron lamentos, no había tiempo, había que recuperarse. Y lo hicimos, Gabriel se recuperó, costó varias transfusiones pero la médula se recuperó y así, se salvó, lo salvaron, lo salvamos. Tras todo eso hubieron muchas dificultades, Nos alejamos de nuestra hija que tenía 3 años y eso fue muy duro, muchas intervenciones quirúrgicas por el porth a cat, infecciones que para cualquier persona eran normales y para Gaby significaba internación, pero todo pasa y todo se supera. Hoy ya van a hacer 4 años del autotransplante, hoy es un sobreviviente hoy le ganamos al cáncer! julio 2015- |